sábado, 23 de febrero de 2013

La historia que recorre "La Educación Prohibida"

A lo largo de toda la película se narra una historia que resume muy bien la actualidad de la educación y de las escuelas.

En un instituto de Educación Secundaria, el profesor encarga a algunos alumnos la tarea de elaborar un discurso para leer como clausura de sus estudios en la formación obligatoria. El resultado no es lo que ellos esperaban; se dan cuenta de que los alumnos tienen una visión de la escuela y de la educación que no coincide para nada con lo que ellos pensaban.

Para los alumnos lo que se enseña en la escuela no es realmente importante, ya que lo verdaderamente importante, lo que necesitan aprender para poder encontrarse con la vida el día de mañana y enfrentarse a las dificultades, eso no se enseña. Priman los contenidos curriculares sobre los valores humanos que nos ayudan a desarrollarnos como personas.

La base de la educación es la evaluación. Los alumnos son números. A los profesores sólo les preocupa la calificación final del alumno, dejando a un lado si ese niño estudia o no, si aprende o no. No se tiene en cuenta el proceso sino el resultado. Como consecuencia, esto lleva a los alumnos a alejarse unos de otros y a competir entre ellos por alcanzar la nota más alta.

Los profesores se niegan a dejar que los alumnos lean en público su discurso ya que en él se dicen cosas ofensivas y molestas hacia el sistema educativo que consideran como una falta de respeto. Esto lleva a pensar que expresar lo que uno piensa, las opiniones que uno tiene, es faltar al respeto.
 
Las ideas expresadas en la redacción de los alumnos son fruto de muchos años de experiencia en el sistema educativo. Ante esto surge la necesidad de plantearse que quizás la orientación que se está dando a la educación no es la que realmente los alumnos esperan y necesitan.

Los maestros no conocen a los alumnos, simplemente se limitan a instruirles y dotarles de conocimientos que precisan un aprendizaje memorístico nada útil ya que pasado un examen todos esos conocimientos se desvanecen.

Existe la idea de que para ser alguien en la vida es necesario tener una carrera, un título, cuando eso no es lo más importante. Hay una formación en valores, unos principios que están por encima de cualquier carrera universitaria. De nada nos sirve ser el mejor de nuestra promoción si no tenemos una formación humana que nos ayude a defendernos de manera independiente en la sociedad en la que vivimos: esa formación no aparece en los libros de texto, esa formación es la que se tiene que enseñar en la escuela.

Más allá de la estructura de la escuela hay un mundo al que vamos a salir una vez terminada la escolarización. Un mundo en el que vamos a tener que movernos sin el apoyo y la protección del maestro. Por eso, el profesor nos tiene que enseñar a vivir en sociedad, a elegir, a tomar decisiones, a ser independientes.

Cumplimos expectativas impuestas por nuestras familias. No importa qué opinamos, qué sentimos, qué pensamos, qué queremos hacer; importa lo que ellos quieren que seamos. Piensan y deciden por nosotros.

Por todo esto podemos decir que La educación tiene que avanzar, tiene que crecer, tiene que cambiar.

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