domingo, 12 de mayo de 2013

Los elementos morfológicos de la imagen: el color

Cuando creamos una imagen no podemos hacerlo de cualquier forma. Parece algo sencillo pero en realidad lleva tras de sí un proceso de construcción bastante complejo ya que tiene que hacer llegar al receptor un mensaje determinado, producir sensaciones y transmitir ciertos sentimientos y emociones.

A la hora de idear una imagen, disponemos de una serie de elementos de cuya combinación se pueden obtener obras de arte realmente interesantes, curiosas y con gran capacidad de comunicación:
·         Elementos morfológicos (asociados con la forma de la imagen): punto, línea, forma, textura y color.
·         Elementos temporales o dinámicos: iluminación, composición, retórica visual, armonía y contraste, equilibrio, tensión, ritmo.
·         Elementos escalares: tamaño, escala, proporción, formato.

A continuación, vamos a estudiar cada uno de los elementos morfológicos que podemos tener en cuenta en la constitución de una imagen.
 
El color: se trata de una experiencia sensorial ligada íntimamente a la luz, siendo ésta la fuente de todos los colores, es decir, éstos se ven por una interrelación entre la luz y los objetos.
 
El color está cargado de información y es una de las experiencias visuales más penetrantes que todos tenemos en común. Por tanto, constituye una valiosísima fuente de comunicadores visuales (Dondis, 1992: 64).
 
El contraste de colores suele resultar de una gran expresividad plástica.
 
 
 
El color saturado es simple, casi primitivo y ha sido siempre el favorito de los artistas populares y los niños. Carece de complicaciones y es muy explícito. Cuanto más intensa o saturada es la coloración de un objeto visual o un hecho, más cargado está de expresión y emoción.
 
 
 
El color tiene una simbología cultural y puede presentarse en dos vehículos diferentes: sobre soporte luz y sobre soporte pigmento.
·         La combinación de colores en esta última modalidad se denomina «mezcla sustractiva» donde la combinación de los colores primarios (magenta, cyan y amarillo) da como resultado los secundarios (verde, naranja y violeta). La combinación de los tres colores primarios tiende al negro.
·         En cambio, cuando los colores van sobre soporte lumínico, sus planteamientos son diferentes: los primarios son otros (rojo, verde y azul violáceo) y los resultados de sus mezclas son distintos. La suma de los tres, por superposición, da el blanco, y la ausencia total de ellos es el negro. Esta es la mezcla que se utiliza, por ejemplo, en la televisión en color para lograr, a partir de estos tres primarios, todos los colores que aparecen en pantalla (García, 1995).
 
Bibliografía
 
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario