Si el punto
se sitúa en el centro del encuadre, la relación establecida es de equilibrio y
tiene la función de estimular visualmente al receptor. Cuando el punto se
desplaza del centro hacia cualquier otro lugar del encuadre, surge un
desequilibrio, una fuerza de inestabilidad. En este caso, pretende crear una
tensión o atracción. (Aparici, 1990).
Villafañe
(1992: 99) comenta que existen tres propiedades que definen al punto como
elemento plástico, que son la dimensión,
la forma y el color, cada una de las cuáles, según las innumerables posibilidades
de variación que poseen, hacen posible que el punto, por sí solo, pueda cumplir
perfectamente cualquier función plástica, incluso el de iniciar una técnica
pictórica particular como es el puntillismo.
Seurat, “La Torre Eiffel”, 1889
Seurat, “El Sena”, 1888
Los puntos
pueden ser visibles, cuando marcan
una posición geométrica, y no visibles.
Cuando los
puntos están tan próximos entre sí que no pueden reconocerse individualmente,
aumenta la sensación de direccionalidad y la cadena de puntos se convierte en
otro elemento visual distintivo: la línea (Dondis, 1976: 56).
Bibliografía
http://blogs.ua.es/mikii/2012/05/20/elementos-morfologicos-de-analisis-de-una-imagen/
http://tecnologiaedu.us.es/cursos/29/html/cursos/tema_correa/3-3-1.htm
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