El
método de proyectos supone una aportación muy positiva al mundo educativo ya
que introduce una metodología totalmente diferente a lo que se venía haciendo
hasta ahora, dejando a un lado la enseñanza rígida y estereotipada en la que el
profesor adopta un rol superior al de los alumnos y estos se limitan a
escuchar, obedecer y memorizar aquello que el maestro dice para después
reproducirlo con la mayor exactitud posible.
El
aprendizaje por proyectos parte un poco del enfoque constructivista defendido
por psicólogos y educadores como Von Glaserfeld, Lev Vygotsky, Jean Piaget o
John Dewey, entre otros. Según este enfoque es el propio niño quien tiene que
construir su conocimiento. El maestro no es más que un guía encargado de
proporcionar al niño aquellas herramientas que le permitan irse desarrollando
personal y profesionalmente. El alumno desempeña un papel activo. No es un ser
pasivo que atiende y responde a la voluntad del maestro.
En
este sentido, el método de proyectos fomenta una participación activa del
alumno. Son ellos quienes escogen el tema sobre el que quieren trabajar, cómo
quieren abordarlo, qué estrategias van a llevar a cabo, etc. Esta forma de
trabajar los contenidos les resulta llamativa, innovadora hasta tal punto de
que les entusiasma, se sienten motivados y alumnos que quizás apenas se
involucran en la asignatura muestran una disposición mucho más positiva hacia
la actividad. Además, el hecho de que encuentren un sentido, un significado y
una aplicación útil en diversos contextos de su vida cotidiana hace que tengan
más ganas de trabajar. Este es muchas veces el problema de los sistemas
educativos actuales: los niños no entienden para qué les sirve todo lo que
aprenden en aula. Aprenden conceptos de memoria que retienen en la cabeza
cortos períodos de tiempo y que luego no son capaces de aplicar en su día a
día; piensan que son cosas innecesarias, sin sentido y lo consideran una pérdida
de tiempo.
El
trabajo de los contenidos a través de proyectos hace que los alumnos retengan
los conocimientos de manera significativa, relacionándolos con diversos
aspectos del mundo real y cotidiano que les rodea.
La
diversidad de posibilidades que ofrece a
la hora de abordar los distintos temas hace posible atender las diferentes
habilidades, capacidades, formas de aprender y trabajar, etc, de todos y cada
uno de los alumnos. Cada niño adapta el estudio a sus características y
criterios de trabajo personales.
Por
otra parte y no menos importante, el aprendizaje por proyectos fomenta algo
fundamental que más allá del ámbito académico es básico en vistas a un futuro
próximo y laboral: la colaboración, el trabajo en equipo, la socialización. Los
modelos de clase tradicional siguen más bien una línea de trabajo individual y
aislado pero los proyectos implican la necesidad de relacionarse con los
compañeros y aprender tanto a expresar y aportar opiniones propias como a
escuchar y respetar las de los demás. Esto es algo que no se enseña en ninguna
asignatura y que, sin embargo, es necesario aprender.
El
trabajo interdisciplinar que implica este sistema educativo es uno de los
aspectos más valiosos que aporta este método. De qué nos sirve enseñar cada área
como un conocimiento aislado si lo realmente útil es hacer ver al niño que todo
está relacionado, que los contenidos abordados en una materia nos permiten
comprender contenidos de otra materia y que la unión, comprensión y puesta en
práctica de las diferentes disciplinas es lo que constituye nuestra capacidad
cognitiva y nos permite desenvolvernos y desarrollarnos en la sociedad y en la
vida.
Como
toda actividad que se lleva a cabo en el aula, un proyecto se planifica y
realiza para conseguir un determinado objetivo y desarrollar y adquirir unos
determinados conocimientos, habilidades y destrezas. Este planteamiento de
objetivos tiene que ser clara y específicamente conocido tanto por docentes
como por alumnos y deben servirles como guía orientadora de su trabajo.
Los
diferentes grupos de alumnos pueden trabajar bien sobre un mismo proyecto de
investigación o sobre proyectos diferentes. Es recomendable dar un plazo largo
de tiempo para su elaboración, pero de forma que se pueda dedicar una parte del
tiempo del curso a la exposición, crítica y comentario de los proyectos
realizados. Esto hará más rica la experiencia y los alumnos sentirán más
valorado su esfuerzo.
La
realización de un proyecto suele plantearse como un informe científico en el
sentido en que deben seguirse una serie de pasos en los que quede detallado
todo el proceso de elaboración y que se pueda dar a conocer a todas aquellas
personas interesadas en la investigación.
Uno de los inconvenientes que puede plantear este método es la falta de predisposición de los docentes a salirse de su línea de actuación tradicional y adentrarse en un campo nuevo, que implica una metodología diferente, que requiere un esfuerzo mayor y cuyos resultados son desconocidos. No obstante, merece la pena arriesgarse ya que resulta una experiencia muy enriquecedora.
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