¿En
qué consiste? Este modelo educativo se basa en el aprendizaje a través de la
observación y la experimentación al lado de un maestro que conoce la profesión.
Antiguamente eran característicos los talleres en los que el maestro instruía
el oficio al aprendiz que trabajaba con él y una vez que éste conocía la
profesión hasta tal punto de abrir un taller por sí solo, dejaba al maestro y
empezaba a trabajar de forma independiente.
La
educación hoy día sigue, en líneas muy generales, esta misma estrategia pero
con grandes diferencias en cuanto a aspectos formales, estructurales y
metódicos: los aprendices se ponen al servicio de un maestro con el fin de
adquirir conocimientos. No obstante, el aprendizaje que se lleva a cabo en el
sistema educativo actual es algo diferente:
·
Se busca un aprendizaje generalizado y
no enfocado hacia una formación laboral concreta y especializada.
·
Tiene lugar en centros educativos
constituidos como instituciones formales e independientes, regidas bajo unas
determinadas normas que deben cumplirse y respetarse.
Pero
si vamos un poco más allá de la educación como institución, encontramos que
esta metodología sigue vigente en el día a día de la sociedad. Por ejemplo,
aquel trabajador al que le gustaría aprender a tocar la guitarra y no tiene
tiempo para acudir a una escuela de música puede adquirir este conocimiento a
través de cursos impartidos en forma de DVD que puede ver y poner en práctica
en su casa. O aquella persona que quiere aprender a dibujar puede recurrir a
grandes obras, libros, revistas, enciclopedias creadas a lo largo de la
historia con el fin de mostrar cómo dibujar o pintar paso a paso una
determinada imagen.
Entre
las obras escritas para tal fin podemos destacar, entre otras:
·
Il Libro dell’Arte, de Cennino Cennini.
·
Libro de Villard de Honnecourt (siglo
XIII).
Todos
estos materiales educativos tienen un valor formativo muy interesante y suelen
ser utilizados no tanto en ámbitos profesionales como a nivel de interés personal.
2. La Academia:
Después del “Taller del artista” en el
que el aprendizaje no se llevaba a cabo en un contexto de escolarización formal
al margen de una formación puramente profesional sino que tenía lugar en el
mismo entorno laboral al que quería dedicarse, la educación da un giro y surge
la necesidad de crear una nueva institución académica: “La Academia”.
Sabemos que el principal objetivo del
método de “la Academia” es la imitación o representación de la realidad. En
palabras de Alberto Durero: “cuanto mayor
sea la exactitud con que te acerques a la naturaleza por la vía de la
imitación, mejor y más artística será tu obra”. No obstante, parte un poco
de la misma base que “el taller del artista” ya que a la hora de adquirir
conocimientos sobre la práctica del dibujo, por ejemplo, comienza por la copia
de los dibujos de los mejores maestros (sustento básico del taller del
artista), después pasa por el dibujo del natural como ejercicio formativo clave
y, finalmente, termina con la invención de nuevas composiciones (Pacheco,
1990).
Los dos grandes ejes en torno a los
cuales debía desarrollarse el proceso de aprendizaje e investigación en el
sistema de la Academia aparecen claramente representados en las diversas obras
surgidas dentro de este método. Cabe destacar, por ejemplo, “El hombre de Vitruvio” de Leonardo Da Vinci:
·
La geometría, la perspectiva, la
anatomía, las proporciones son el fundamento de dicha creación.
·
A su vez, hay que considerar la belleza
y el valor del dibujo en sí mismo como fundamento de la pintura y la escultura.
3. La Bahuaus:
Si
hay algo que caracteriza “La Bahuaus” es el nuevo tratamiento que da a las
Artes visuales. El dibujo, la pintura y la escultura constituyen un lenguaje,
una forma de conocimiento y de expresión. Se deja atrás la concepción de los
dos métodos anteriores en cuanto a que el arte tiene que ser una imitación, una
reproducción lo más exacta posible de la realidad. “La Bahuaus” da rienda
suelta a la experimentación, a la expresión de sentimientos y emociones, de
pensamientos a través del arte. Una obra tiene que ser algo con lo que el autor
se sienta identificado, algo propio, personal.
Con
este sistema se llega a una nueva concepción del arte que perdurará a lo largo
de la historia y que ofrece la posibilidad de plasmar la realidad tal y como
uno la ve y la siente: la abstracción.
Respecto
a la obra que aparece a continuación muchas personas podrían pensar que es un
cuadro sin sentido, en el que el autor ha juntado una serie de líneas y
círculos de cualquier forma hasta completar el lienzo. Pero no es así.
Seguramente Kandinsky tardó mucho más tiempo del que podemos imaginar en
elaborar este cuadro. Es verdad que no se parece a los que estamos
acostumbrados a ver y en los que podemos identificar objetos o paisajes que nos
son cotidianos. Esto no quiere decir que no tenga el mismo valor e incluso es
muy probable que para el artista tenga un valor aún mayor ya que no se ha
limitado a copiar la realidad en un sentido material, literal sino que la
representa en la medida como él la interpreta, la percibe. En este cuadro queda
plasmada su personalidad, su forma de entender el mundo. Se da a conocer
mediante una nueva forma de entender el arte. Esto es abstracción. ¿Por qué una
casa tiene que tener los ladrillos rojos y no pueden ser verdes si a lo mejor
yo me identifico más con el color verde que con el rojo? El arte nos ofrece la
posibilidad de expresar aquello que pensamos y sentimos dejando a un lado los
estereotipos y las ideas preestablecidas.
Este
método precisa una escolarización formal en la que se adquieran los
conocimientos necesarios sobre los
nuevos elementos que constituyen el sistema: punto, línea, plano, textura y
color.
4. El Genio:
Libertad
y originalidad son las palabras claves que nos permiten describir el sistema
del genio o del desarrollo creativo personal.
De
qué nos sirve crear escuelas de arte en las que todos los alumnos sean educados
bajo unas mismas directrices y estereotipos, de qué nos sirve obligar a los
alumnos a comprender el arte de una manera determinada y prefijada por el
docente, a seguir obligatoriamente las indicaciones del maestro. Con esto lo
único que conseguimos es crear artistas con una mentalidad uniforme, dejando a
un lado la originalidad y la libertad de creación.
El
arte es una disciplina que ofrece la posibilidad de expresarse de una forma
diferente, pero si condicionamos a los alumnos a expresar sus sentimientos y
emociones de una determinada manera con un proceso de escolarización formal,
sujeto a unos conceptos básicos que tienen que conocer y tener en cuenta
obligatoriamente a la hora de crear, estamos dejando a un lado el sentido y la
utilidad real del arte.
Viktor
Lowenfeld sostuvo que para desarrollar la capacidad creadora solo hay un
camino: crear. Y para crear no es necesario ningún tipo de conocimiento previo.
La capacidad creativa del individuo se relaciona directamente con la variedad y
la riqueza de la experiencia acumulada. Es aquí donde entra en juego el papel
del maestro, ya que es el encargado de proporcionar a sus alumnos experiencias
creativas enriquecedoras que les permitan desarrollar y poner en práctica su
creatividad, la originalidad.
Si
basamos la Educación Artística en un sistema formal regido por normas y
aprendizajes rígidos, previamente fijados y establecidos, es muy difícil que el
alumno, por sí solo, sea capaz de salirse de esos límites y dar rienda suelta a
su imaginación.
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