“El
profesor del siglo XXI ha de preparar a sus estudiantes para un futuro incierto”
Marc Prensky.
Si
miramos a nuestro alrededor nos daremos cuenta de que muchas cosas han cambiado
respecto a épocas anteriores. Una de las mayores innovaciones de la que
disponemos actualmente es la presencia de una tecnología muy desarrollada y
avanzada. Hace ya algunos años que las TIC, los medios digitales se
incorporaron a nuestra realidad y poco a poco fueron adquiriendo una
importancia y un papel imprescindible en el día a día de los ciudadanos.
En
el ámbito educativo ocurrió lo mismo. La integración de las nuevas tecnologías
en las escuelas supuso la necesidad de adaptar la metodología de enseñanza a
las exigencias del momento. Es muy difícil educar a generaciones del siglo XXI
con técnicas de siglos pasados que poco se asemejaban al actual.
La
sociedad en la que nos movemos hoy día, con los medios con los que contamos
actualmente, supone el desarrollo de unas habilidades, competencias,
capacidades, etc, que con técnicas anticuadas no serían posibles potenciar y
explotar. Poco a poco van surgiendo nuevos oficios, nuevas profesiones y
especializaciones adaptadas a las necesidades del momento. Si no preparamos
adecuadamente a los futuros protagonistas de estas innovaciones; si no les
dotamos de recursos y estrategias que les permitan desenvolverse en esos
ámbitos, no podrán acceder al mundo laboral que cada cual desea.
La
experiencia con los medios digitales no es la misma en el caso de un niño que
nace en el siglo XXI, que nace en un entorno rodeado de tecnología, en el que
es algo cotidiano, próximo y común a él, que en el caso de otro niño nacido en
la década de los años 40. Estos últimos son conocidos como “inmigrantes
digitales”, es decir, personas que han incorporado la tecnología a su vida
posteriormente; personas que poco a poco han tenido que irse adaptando a
situaciones nuevas y desconocidas para ellos. Asumen la tecnología con más
dificultad que un “nativo digital” porque además les supone la necesidad de
encontrar una utilidad de estos medios en su propia vida. Nadie se pregunta si
realmente todas estas innovaciones les son necesarias o no, simplemente las
utiliza.
Dentro
de las nuevas tecnologías y de las nuevas formas de vida, de diversión y
entretenimiento que existen en este momento, cabe destacar la presencia de los
videojuegos en el entorno de niños y adultos.
Generalmente
se tiene la concepción de que el videojuego es algo negativo para el desarrollo
de los niños. Suele ser considerado como un mero juego que apenas les aporta algo
y que simplemente les resta tiempo de cumplir con otras obligaciones y
responsabilidades.
Es
necesario terminar con estos prejuicios y hacer ver que, como todo, los
videojuegos tienen aspectos positivos y aspectos negativos. Todo depende de la
finalidad con que los utilicemos.
Ventajas:
·
Nos implican en aquello que hacemos.
·
Son conflicto, competición, reto y
oposición; pero tienen reglas, lo que nos proporciona estructura y disciplina y
unos objetivos que nos dotan de motivación. De esta manera, sin darnos cuenta,
nos presentan los resultados y las consecuencias de nuestros actos.
·
Nos enseñan a cooperar con otras
personas que entran a formar parte de nuestro grupo social.
·
Agudizan nuestra creatividad e ingenio
con pruebas a resolver y problemas de estrategia.
·
Cuando su historia nos toca la emoción,
ello nos garantiza que no olvidemos lo aprendido.
·
Te enseñan a asumir riesgos, aprendes a
tomar buenas decisiones. Este tipo de cosas que luego transmitimos a todas
nuestras profesiones.
·
Cada vez las imágenes son más realistas
y la calidad es más buena, lo que te permite entrar en un mundo imaginario y
desarrollarte en él.
·
El reto está muy adaptado a las
capacidades o necesidades de cada uno: hay muchos niveles, muchas formas de
acceder al juego que se pueden personalizar. Esto hace que la capacidad de
paciencia, por ejemplo, para resolver un reto se incremente mucho más que con
otros juegos.
·
Permite la comunicación entre niños y
niñas que están lejos, que no se ven. Permite un espacio-tiempo donde jugar con
otras personas aunque no estén cerca.
·
Supone interacción, respuestas rápidas,
resolución de problemas.
·
Diversión, entretenimiento.
·
Resulta muy atractivo porque la imagen
capta mucho la atención del niño y del adulto que va a jugar.
Inconvenientes:
Tanto
los videojuegos como Internet pueden resultar peligrosos en el caso de que
pueden hacer perder la visión de la realidad y a la hora de mostrar ciertos
datos personales o íntimos.
Como
hemos dicho antes, conviene experimentar nuevas prácticas educativas, nuevas
estrategias que atraigan la atención de los alumnos y que aumenten su
participación e implicación. ¿Y qué mejor manera que a través de aquello que
más les gusta? ¿Por qué basar la enseñanza de los contenidos en la repetición y
la memoria cuando pueden aprender lo mismo y de manera más significativa
jugando? Una de las ventajas que presentan los videojuegos es la posibilidad de
abordar muchos de los conocimientos que se dan en la escuela. El niño entra en
un mundo virtual en el que se le proponen una serie de retos o misiones. Para
superarlos tiene que hacer uso de ciertas competencias ya adquiridas y de este
modo se van a desarrollar y reforzar aún más. Además se trabajan valores como
la solidaridad, la empatía, la tolerancia, la paciencia, la comprensión, etc.
De
este modo, hacemos ver a los alumnos que aprender puede ser divertido y que
todo aquello que se le enseña tiene una aplicación útil en la vida cotidiana.
Nuestro objetivo es formar a los alumnos para que el día de mañana sean capaces
de desenvolverse de manera independiente en la sociedad.
“La antigua forma de enseñar es aburrida; la nueva se basa en que los chicos aprendan solos” Marc Prensky.
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